La Historia

Una aproximación a la historia de la Escuela de Educación Técnica N° 1 " Ana Urquiza de Victorica"

En el año 1905 un grupo de personalidades del Colegio del Uruguay y Trinidad Moreno, docente de la Escuela Normal presentan la idea de contar con una Escuela Profesional de Mujeres para Uruguay.

La crónica señala que Darío del Castillo (Presidente Municipal) y Cipriano de Urquiza (Secretario), solicitan al Consejo Deliberante el tratamiento y la aprobación de la necesidad de impulsar y concretar un establecimiento de Artes y Oficios. Fundamentan los motivos de la inquietud y proponen, además, que el sostenimiento económico estuviera bajo responsabilidad de la Municipalidad, por medio de “…las rentas que le asigne el presupuesto anual y demás ingresos».(1)

El 16 de julio del mismo año otras personalidades de la ciudad manifiestan su apoyo a la creación de la Escuela Profesional de Mujeres: Clementina Comte de Alió, Dermidio Carreño, Lucio B. López, Juan José Millán, Juan B. Martínez, Julio Henri, José Scappatura, Eduardo Tibiletti, Antonio Piñón, Porfirio Tenreyro. «La inquietud tuvo eco en las autoridades comunales pues, el 24 de julio de 1905, con firma de Benigno Teijeiro Martínez, a la sazón Presidente del Consejo Deliberante, se creó por Ordenanza N° 37 la Escuela de Artes y Oficios para Mujeres».(2)

La Ordenanza disponía la creación de una Comisión Especial, con el propósito de elaborar un reglamento y un plan de estudios. Establecía, además, la adquisición de «un edificio adecuado y aceptar el plano que más conviniera y mandar a construir, el edificio correspondiente, que sería habilitado por secciones».(3)

Finalmente, se establecía que la institución sería conducida por especialistas laicos y por maestros normales de la República.

Entre el 18 y 30 de septiembre de 1906 se llama a inscripción desde la secretaria del establecimiento -que entonces se encontraba en calle Vicente H. Montero esquina Victoria- y el 1° de octubre inicia sus actividades con los siguientes cargos: Directora, Maestra y Secretaria, Taller de Cocina, Taller de Costura, Taller de Planchado, Sirvienta, Portero y Quintero, totalizando un presupuesto de $ 335 mensuales.(4)

El 22 de marzo de 1911 debido a las gestiones del Dr. Mariano E. López (1857 – 1929), por Decreto del Ministro de Justicia e Instrucción Pública Dr. Juan Mamerto Garro (1847 – 1927) se nacionaliza la institución. Veintiséis días después en la ex casa de la Sucesión González, próxima al Mercado «3 de Febrero», sito en calle Rocamora, precisamente el 17 de abril, inicia su primer ciclo lectivo con una matrícula de 150 alumnas bajo el fortísimo lema que se habría de escuchar desde 1900, fecha de la creación en Buenos Aires de la primera escuela de este tipo: «Las escuelas profesionales son las del devenir pues tienen una finalidad grande y múltiple: preparar a la mujer para el hogar».(5)

Este planteo de comenzar a establecer escuelas de Artes y Oficios no es producto de la casualidad, ni de la «feliz idea» de un grupo de vecinos solamente. Por el contrario, era parte de una fuerte discusión que comenzaba a tomar cuerpo en la sociedad de aquellos momentos. Ocurre que desde los sectores más conservadores se criticaba la enseñanza que impartía el normalísimo, además de sus objetivos. Sostenían que era demasiado cientificista e intelectualista, de tal manera, descuidaba el objetivo de preparar a los futuros obreros, empleados y trabajadores. Es así que dos entrerrianos tendrán influencia clave en las futuras escuelas técnicas: el profesor Manuel Antequeda, que fue Director de Escuelas durante la gobernación de Carbó (1903 – 1907), en el año 1904 crea la Escuela Normal de Maestro Rurales «Alberdi» única en América para la formación de maestros rurales, además «… proyectó un ambicioso plan de construcciones escolares y la habilitación de escuelas de educación técnica».(6) El otro fue Osvaldo Magnasco – nacido en Gualeguaychú y alumno del Colegio del Uruguay – desde su cargo de Ministro de Instrucción Pública de la Nación, durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca (1898 – 1904), impulsó fervientemente la educación de Artes y Oficios,»…en reemplazo de la educación enciclopédica vigente».(7) Podemos decir, entonces, que la Escuela Profesional de Mujeres surge en un contexto histórico favorable y alentador para dicha iniciativa. Además, en una concepción de función social de la mujer muy distinta a la de hoy: «preparar a la mujer para las tareas del hogar», es decir, un sujeto social con derechos limitados y con limitaciones muy precisas, a manera de ejemplo, la mujer accederá al derecho de votar recién en 1947. Por otro lado, el debate sobre educación intelectualista educación vocacional (o sea, formadora de trabajadores, o mano de obra) estará presente durante todo el siglo XX, incluso es objeto de tratamiento en la actualidad.

La etapa de la nacionalización

Ya en 1906 comenzaron los problemas acerca del mantenimiento y sostenimiento de la Escuela Profesional de Mujeres, que como dijimos, era responsabilidad del Municipio. Pero la institución no recibía los fondos suficientes y hasta, incluso, se llegaron a deber varios meses de pago al personal de esta casa de estudios.(8) La prensa del momento dio repetidamente cuenta de los problemas de financiamiento. De tal manera, comenzó a pensarse en una solución de sostenimiento que supere la instancia municipal.

Por otro lado, la organización y mantenimiento del sistema educativo no era responsabilidad del Estado Nacional, sino de los gobiernos de provincia (así lo establece la Constitución Nacional). Sin embargo, en varios lugares del territorio nacional no estaban dadas las condiciones económicas necesarias para extender y garantizar la educación primaria. En este sentido, las provincias atravesaban por serias limitaciones presupuestarias. Atendiendo a esta situación, en el año 1905, la Legislatura Nacional sancionó la Ley Láinez, la misma establecía que el Gobierno Nacional promovería, financiaria y sostendría establecimientos educacionales en aquellas regiones o ciudades en donde los estados provinciales tuvieran inconvenientes. Surgen así las escuelas nacionales. Con el paso del tiempo se convirtió en un paisaje cotidiano encontrar en la misma ciudad establecimientos provinciales conviviendo con instituciones educativas nacionales. Esta Ley garantizó extender el sistema educativo argentino a las regiones más diversas y lejanas de nuestro territorio.

Es en este contexto que, en agosto de 1906 el uruguayense y diputado nacional Mariano E. López presentó un proyecto solicitando a la legislatura que se acuerde «un subsidio de veinte mil pesos moneda nacional, a la Escuela Profesional de Artes y Oficios para mujeres de Concepción del Uruguay».(10) Mariano López fundamentaba su pedido para «… construir el local propio que necesita, para el regular y cómodo funcionamiento de la expresada institución de enseñanza”.

«Suficientemente apoyado, pasó a Comisión de Presupuesto, pero lamentablemente no volvió a ser tratado en el recinto, ya que debió renunciar al cargo para incorporarse como Vicegobernador de la provincia».(11)

Sin embargo, los problemas financieros no se lograban revertir. Ante la persistencia de estas dificultades, las autoridades locales recurrieron al – nuevamente, y luego de su paso por la vice gobernación de la provincia- diputado nacional Mariano E. López. Este le plantea al Ministro de Instrucción Pública de la Nación la nacionalización de la Escuela Profesional de Mujeres de Concepción del Uruguay. Dice Mariano López en referencia a Naón «… me prometió patrocinarla ante el Congreso, siempre que por ordenanza en forma, el Presidente de la municipalidad fuese autorizado para transferir a la nación, no solo la escuela, sino una manzana de terreno que le manifesté tenía adquirida, para construcción del futuro edificio…».(12)

Tanto el presidente municipal como el Consejo Deliberante enviaron rápidamente la autorización solicitada. Con estos elementos el Dr. Naón se comprometió a la Escuela uruguayense en el 1911.

Asi ocurrió, la Legislatura Nacional, el 18 de noviembre de 1910, aprobó la nacionalización de la Escuela Profesional de Artes y Oficios, incluyendo para el año 1911 la partida de 50000 pesos para su sostenimiento.

El actual edificio escolar:

En 1916 el Teniente de Navio, Don Jorge Victorica, dona la casa que actualmente ocupa el establecimiento con un solo requerimiento: que esta institución lleve el nombre de su madre. Petición que hacia 1922 es aceptada por el Gobierno Nacional. De ahí que desde el 23 de agosto de ese año funcione bajo el nombre «Ana Urquiza de Victorica» (1835-1899).

Sin dudas el hecho histórico más importante desarrollado en ella, fue el velatorio de los restos del General Justo José de Urquiza, luego de su asesinato en el Palacio San José, la tarde del 11 de abril de 1870.

Los primeros directivos de establecimiento, desde su nacionalización:

La primera directora fue Emma Canovi de Bedogni (1871-1933), ejerce su tarea hasta 1927, fecha en la que asume la Sra. Estela T. de Nassino que lo hace hasta 1933. Luego le sucedieron, en carácter de directivos titulares o interinos los siguientes docentes: Ángela C. de Nano, Elvia Ojeda de Vaca, Alicia L. Báez, María H. de Bracco, Aida Córdoba de Dellagiovanna, Susana Graciela Zabala y Mario Jorge Dutten. En la Actualidad ejerce la rectoría del establecimiento lo Prof. Ana María Díaz.

Las primeras egresadsas y nuevos cursos y talleres:

Desde el año 1913, primera promoción, hasta 1922 ascienden 144 alumnas egresadas. Entre los años 1923 a 1931 egresan 231 alumnas, la mayoría de las mismas encontró trabajo rápidamente.

Durante estos años funcionan los talleres de Corte y Confección, Lencería, Bordado, Sombrería, Dibujo y Pintura. Y se dictan clases complementarias de Economía Doméstica, Puericultura, Planchado y Cocina.

Al ser este último curso por el Ministerio es costeado por la Asociación Cooperadora de Ayuda Mutua y Fomento de la Escuela que fue creada en 1929 bajo la dirección de la Sra. Nasino. Hacia 1928 recibían el nombre de «Cursos comunes o del Hogar» y se impartía «instrucción primaria, puericultura, economía doméstica, planchado, zurcido, desmanche, teñido, costura y cocina.(13)

Las décadas de 1960 y 1970. Cambios en la institución:

Hasta el año 1963 la institución se denominó «Escuela Profesional de Mujeres Ana Urquiza de Victorica» y dependió de la Dirección General de Educación del Ministerio de Educación.

En 1963 se fusiona con la Escuela de Capacitación Nº 84, pasando a denominarse Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 1, «Ana Urquiza de Victorica», el 18 de agosto de 1966.

Por resolución del CONET se implementaron en 1965 los cursos prácticos de Confección del Vestido y de Cocina y Repostería; hacia 1968 el Curso Práctico de Artes Decorativos y en 1975 el curso de Cosmetología, Peinados y Afines.

Para esta época ya era una escuela de carácter mixto.

La década de 1980 y nuestra escuela:

Corría el año 1982 cuando fue aprobada la carrera de Técnico en Administración de Empresas con una duración de seis años. Por decreto N° 2254 del veintitrés de julio de 1984, el Poder Ejecutivo, declaró al inmueble Monumento Histórico Nacional.

La década de los noventa:

Desde el primero de enero de 1993, como consecuencia de los cambios implementados en el país la escuela pasa a pertenecer a la provincia de Entre Ríos. Y dos años después continúa su fructífera carrera de ampliación de la oferta educativa instrumentando el Curso práctico de Gestión en Tareas Administrativas por resolución del Consejo General de Educación N° 1676/95.

Más allá de la generosa historia que encierran sus muros, en la EET N°1 se gesta actualmente una historia caracterizada por la búsqueda de la excelencia académica que tendrá un promisorio futuro. Pues, los objetivos de la escuela se resumen en un lema que es casi todo un espíritu de trabajo: «capacitarse para la vida»

  1. Buffa, Gabriel, ob. Cit. Pág. 21
  2. Idem, Pp 21-22
  3. Idem, Pág. 22
  4. Salvarezza, Luis A. «Hacia el Centenario de la Escuela Ana U. de Victorica». En «ZZ», suplemento Cultural de «El Día». Junio 2010. Pág. 2.
  5. Salvarezza, Luis A. Obt. cit. Pág. 02.
  6. Saluzzi, María Cristina (Dir.) Historia Elemental de Entre Ríos. M.C. Ediciones. Paraná. Entre Ríos. 1944. Pp. 178-179.
  7. Saluzzi, María Cristina (Dir.) ob. cit. Pág. 182
  8. Buffa, Gabriel, Ob. Cit. Pág. 21
  9. Argachá, Celomar. «un mecenas uruguayense: Dr. Mariano E. López». Gráfica Mitre. C. del Uruguay, Entre Ríos, Octubre de 2009. Pág. 70.
  10. Idem. Pág. 70.
  11. Idem. Pág. 70.
  12. Argachá, Celomar. Ob. Cit. Pág. 110.
  13. Salvarezza, Luis A. Ob. Cit. Pág. 2.
 

Prof. Mario Bernasconi – Prof. Javier Lescano

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